Es el mito de una hermosa criatura de mar, mitad mujer arriba y mitad pez, que una vez el explorador Cristóbal Colón describiera haberlas visto navegando cerca de la Hispaniola, hoy, República Dominicana. Ocasionalmente, algunos escritos describen a las sirenas como criaturas horribles.
El significado literal de sirena es “espíritu áspero dominador de la tempestad”. Solamente el viento las puede expulsar, es decir, en el románico, el soplo del espíritu. Y aquí no puede dejarse a un lado lo dicho por Homero en La Odisea, cuando Ulises surca los mares y es atada por sus marineros al mástil de su embarcación para escuchar el canto de las sirenas, mientras éstos se tapan con cera los oídos para no escucharlo. Se decía que al escucharlo, los marineros se tiran a la borda y morían irremediablemente ahogados y los navíos naufragaban.
En 1493, Cristóbal Colón describió haber visto, una criatura de forma larga, que emergía del mar, pero no era hermosa. Estas criaturas marítimas, despedazaban los barcos mientras encantaban a los marinos con sus cantos.
Anthony Piccolo, un profesor de literatura en la universidad de Manhattanville in Purchase, NY, dijo que Colón estaba obsesionado por sirenas, cuando en realidad lo que veía eran los manatíes.
Piccolo también decía que la forma humana que pudiera proyectar un manatí al salir del agua, incitaban a los exploradores a surcar los mares.
En 1614, el explorador Inglés John Smith aseguró haber visto sirenas en las aguas del Mar Caribe. Fue más preciso que Colón, pues hasta describió, tenían una larga melena de color verde, y que eran feas. Pero, añadió que los primeros efectos de enamoramiento con estas criaturas marítimas, fue cuando la sirena le mostró sus partes femeninas en la parte de pez.
Cualquier objeto u animal en el agua, venía a ser una proyección de la necesidad del marinero por la privación de contacto humano por el tiempo que navegaba en alta mar, incluyendo la falta de sexo, que orillaba a visualizar figuras mitológicas en su rica imaginación. James Powell, un biologista de la "Wildlife Trust" in St.Peterburg, quien ha trabajado con manatíes, declaró que cuando va cayendo la noche, y por la poca visibilidad de los rayos solares, a veces, hasta a el mismo le ha parecido ver, que cuando estos mamíferos van saliendo del agua, sus cabezas parecen más de humanos. En 1789, una revista escocés reportó que un grupo de marineros del Halifax navegando por el Caribe, atraparon y mataron a varios manatíes y dijeron el sabor de su carne era a la de venado.
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